El Vieux-Port, donde todo comenzó para la ciudad de Marsella, encarna el alma de Marsella. Con sus 26 siglos de historia, es a la vez un lugar de leyendas y un imprescindible del turismo marsellés. Antaño, esta calanque pantanosa, conocida como Lacydon, vio la llegada de los marineros griegos que fundaron Massalia, el antecesor de Marsella. Hoy en día, atrae a los locales y visitantes que vienen a sentir toda la efervescencia de esta ciudad tan particular.
Un paseo imprescindible en el corazón de Marsella
Visitar Marsella sin pasar por el Vieux-Port es como ir a París sin ver la Torre Eiffel. Este lugar mítico es el punto de partida ideal para todas las excursiones turísticas. Desde el mercado de pescado hasta los barcos amarrados, es un verdadero cuadro viviente. También encontrará las taquillas para el Petit tren de Marseille, que le permite descubrir los sitios más hermosos de la ciudad, o incluso excursiones en barco hacia las islas del Frioul y las calanques.
A pocos pasos, podrá admirar monumentos como el Fort Saint-Jean y la iglesia Saint-Ferréol, edificaciones que dan testimonio de la rica historia de la ciudad. Un paseo en Segway o en bici le permitirá descubrir Marsella de otra manera, ¡para una aventura aún más lúdica!
Sumérjase en la historia del Vieux-Port
La leyenda cuenta que en 600 a.C., el marinero griego Protis funda Massalia tras haber recibido la mano de Gyptis, hija del rey de los Segobriges. Es aquí, en las riberas del Vieux-Port, donde la ciudad griega ve la luz, imponiéndose rápidamente como un centro de comercio y cultura en la región. Massalia se convierte en una puerta abierta entre el mundo griego y la Galia, y la cultura griega prospera, marcando para siempre la identidad de la ciudad.
A lo largo de los siglos, el Vieux-Port ha sido un testigo privilegiado de los momentos cruciales de la historia marsellesa. Luis XIV, preocupado por proteger este joya estratégica, ordena construir los forts Saint-Jean y Saint-Nicolas para asegurar la seguridad del puerto. Además, el dispositivo sanitario del Frioul establecido en el siglo XVIII para proteger Marsella de epidemias es otro testimonio de la importancia de este puerto para la ciudad.
El Vieux-Port en la era moderna
En el siglo XIX, con el auge del comercio marítimo, el Vieux-Port es superado por el aumento del tráfico. La creación del puerto de la Joliette marca el final del papel central del Vieux-Port en la economía de la ciudad. Pero este lugar mítico no pierde por ello su importancia. Ahora, está en el corazón de la vida social y cultural de Marsella. Los bares y restaurantes que bordean sus muelles lo convierten en un lugar de encuentro indispensable, especialmente en las noches de partido, donde los aficionados del OM vienen a celebrar las victorias de su equipo.
En 2012, el Vieux-Port sufrió una transformación mayor con motivo del evento «Marsella, capital europea de la cultura 2013». Los muelles son en su mayoría peatonales, ofreciendo un nuevo espacio para pasear tanto a los habitantes como a los turistas. ¿Y qué decir de la famosa ombrière ideada por Norman Foster, un espejo gigante donde los visitantes adoran tomarse fotos?
Gastronomía y relajación en el Vieux-Port
Después de recorrer las calles y descubrir los tesoros del Vieux-Port, es momento de tomarse un descanso gourmande y disfrutar de la increíble diversidad gastronómica que Marsella tiene para ofrecer. Ya sea que sea amante de la bouillabaisse, este plato emblemático compuesto de pescados frescos, o simplemente curioso por probar los sabor de la Provenza, los restaurantes que bordean el Vieux-Port le acogen con menús típicos y generosos. Encontrará una multitud de bistrós, cervecerías y restaurantes de mariscos, donde cada plato es una invitación a descubrir las riquezas culinarias de la región.
Empiece dejándose tentar por unas tapenades o anchoïades como aperitivo, acompañadas de una copa de rosado de Provenza. Luego, déjese sorprender por los pescados y mariscos locales, desde mejillones hasta sopa de pescado, pasando por los platos de conchas que son el orgullo de los pescadores marselleses. Y para terminar, no se pierda los postres provenzales: un calisson d’Aix o una porción de tarta tropézienne cerrarán su comida delicadamente.
El Vieux-Port es mucho más que un simple lugar para comer. Aquí, la relajación y la convivialidad se viven plenamente. Las terrazas de los bares y cafés suelen estar animadas, especialmente las noches de partido, donde los aficionados del OM se reúnen para animar a su equipo. La mezcla de risas, discusiones animadas y cánticos de aficionados crea un ambiente cálido y único. Durante el día, estas terrazas también ofrecen un refugio perfecto para saborear un café mientras se admiran los barcos de pesca que regresan al puerto, llenos de las capturas del día.
Este barrio también es ideal para los amantes del shopping local. Encontrará pequeñas tiendas que ofrecen productos artesanales, especias y productos típicamente marselleses, como el famoso jabón de Marsella o aceites de oliva de la región. Déjese tentar por los mercados efímeros que se instalan regularmente en los muelles, donde podrá comprar hierbas de Provenza o incluso quesos y charcuterías locales.
Finalmente, para una experiencia aún más auténtica, dirígete al mercado de pescado del Vieux-Port, que se lleva a cabo todas las mañanas. Los pescadores vienen a vender sus capturas del día, y no es raro cruzarse con chefs de renombre que vienen a elegir los mejores pescados para sus recetas. Este mercado es un espectáculo en sí mismo, un momento en que realmente puede impregnarse del ambiente marsellés, entre las animadas discusiones, el olor salado del mar y la frescura de los productos.
El Vieux-Port es sin duda el lugar de encuentro por excelencia en Marsella. Simboliza la autenticidad y la diversidad de esta ciudad abierta al mundo. Y si escucha bien, quizás oiga una galéjade marsellesa, como la famosa sardina que habría tapado el puerto! Leyenda o realidad, lo que es seguro es que el Vieux-Port es un lugar donde se vive plenamente la cálida y exuberante atmósfera de Marsella.