Marsella, ciudad de historia y tradiciones, está llena de tesoros escondidos. Embárquese en la exploración de sus fortificaciones emblemáticas, verdaderos testigos del pasado tumultuoso de esta ciudad portuaria.
El fuerte San Juan: el centinela del Viejo Puerto
Ubicado en la ribera derecha del Viejo Puerto, el fuerte San Juan es un símbolo importante de la historia de Marsella. Forma parte de un complejo militar que servía como punto de partida para los cruzados hacia Jerusalén desde el siglo XII. Los Hospitalarios de San Juan, una hermandad religiosa, establecieron allí su comandería, que incluía una capilla, un hospital y un palacio. Este fuerte fue completado en 1365, bajo el reinado de René de Anjou, quien hizo construir una imponente torre cuadrada para defender el puerto de posibles invasores.
Una torre de vigilancia estratégica
En 1664, los armadores marselleses refuerzan el fuerte San Juan al añadirle una torre de vigía, visible a más de 20 km en el mar. Esta posición estratégica permitía anticipar las amenazas provenientes del mar y facilitaba la localización de barcos mercantes. Bajo las órdenes de Luis XIV, el fuerte fue reconfigurado y aislado del resto de la ciudad, tras una rebelión local. El ingeniero militar Vauban, famoso por sus fortificaciones, ordenó la creación de un foso que rodea el fuerte, marcando definitivamente la separación entre el fuerte y la ciudad.
Un lugar de cultura y descubrimiento
Hoy en día, el fuerte San Juan es un lugar vivo, donde cultura e historia se encuentran. Este monumento está conectado al Mucem, el Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo, por una impresionante pasarela aérea. Esta unión arquitectónica y cultural ofrece una vista excepcional sobre el puerto y la ciudad. Los visitantes pueden descubrir exposiciones cautivadoras y pasear en un entorno único.
Dirección: Promenade Louis Brauquier – 13002 Marsella
El fuerte San Nicolás: entre poder y simbolismo
En el lado opuesto, en la ribera izquierda del Viejo Puerto, se alza el fuerte San Nicolás, construido para asegurar la dominación del Rey Sol sobre una ciudad rebelde. Este fuerte, erigido en 1660, debía no solo proteger la rada de Marsella de ataques marítimos, sino también recordar a los marselleses la autoridad real. El fuerte se eleva majestuoso cerca de la abadía de San Victor y sobrepasa los jardines del Pharo, un lugar de descanso apreciado por los locales y los visitantes.
Una construcción express para Luis XIV
La construcción del fuerte San Nicolás solo duró cuatro años, ¡un logro para la época! La ubicación estratégica en una altura que domina la rada permitía una vista despejada de las idas y venidas de los barcos. Durante la Revolución francesa, los marselleses, recelosos de este símbolo de la autoridad, comenzaron su destrucción. Sin embargo, la Asamblea Nacional puso fin a la demolición, preocupada por preservar esta fortaleza histórica.
Un fuerte de dos caras
El fuerte San Nicolás se compone hoy de dos partes: Fuerte Ganteaume, lado mar, que alberga el círculo militar, y Fuerte de Entrecasteaux, situado en el lado terrestre. Clasificado como monumento histórico en 1969, el fuerte permite a los visitantes subir a sus murallas para una vista panorámica inigualable de Marsella. Al pasear, se pueden ver las piedras grises que contrastan con las piedras rosas de origen, un guiño a su pasado renovado.
Dirección: 2 Boulevard Charles Livon – 13007 Marsella
Un paseo entre dos fortificaciones emblemáticas
Marsella invita a sus visitantes a sumergirse en la fascinante historia de sus fortificaciones. El fuerte San Juan y el fuerte San Nicolás son dos imprescindibles, ofreciendo una inmersión en el pasado militar y marítimo de la ciudad. Ya seas un apasionado de la historia o un amante de vistas espectaculares, estos fuertes representan una parada ineludible para todo viajero curioso por descubrir el alma de Marsella.