En Marsella, dos hermanos están actualmente implicados en un caso de tráfico de drogas con enormes implicaciones financieras. Acusados de operar una red mafiosa, enfrentan cargos serios por haber orquestado un tráfico de cocaína y cannabis en los barrios del norte, con beneficios diarios que alcanzan miles de euros. Sus operaciones han sido reveladas gracias a las investigaciones realizadas por las autoridades, que destacan la organización jerarquizada de su red, involucrando a diversos actores en la venta de estupefacientes.
Un imperio floreciente
Los hermanos, Najib y Rachid G., son descritos como mayoristas en el ámbito del narcotráfico, abasteciendo diferentes puntos de venta en Marsella. Su modelo de negocio les ha permitido lograr un volumen de negocio que supera los 8000 euros al día, aprovechando una logística bien organizada. Mientras las investigaciones continúan, los elementos recopilados muestran que no dudaban en utilizar diversos medios, incluidas las mensajerías cifradas, para asegurar sus transacciones y evadir la atención de la policía.
Beneficios desmesurados
Las interceptaciones telefónicas y testigos de la investigación ponen de relieve una gestión financiera rigurosa. Por ejemplo, en una de sus comunicaciones, Najib G. se jacta de comprar mercancía a un precio de 39 euros para revenderla a 42 euros. Esta estrategia demuestra un deseo de optimizar el beneficio mientras se mantiene una red floreciente. Las sumas generadas por su actividad ilegal les han permitido desestabilizar el mercado local, convirtiéndolos en actores clave.
Una red diversificada y estructurada
Sus operaciones se extenderían mucho más allá de la venta directa de drogas. De hecho, la red en la que están involucrados incluye diversos actores, que van desde la niñera encargada de almacenar las ganancias, a los pavoneadores activos en el terreno, así como un «community manager» para coordinar la publicidad del tráfico en redes sociales. Cada uno dentro de la organización tiene su papel específico, y esta estructura permite alcanzar objetivos financieros desmesurados.
Un dominio familiar sobre el narcotráfico
Najib G. ha intentado retratar una imagen en la que se presenta como el esbirro de su hermano, tratando de atenuar su responsabilidad en la organización criminal. Sin embargo, los investigadores afirman que los dos hermanos actuaban al unísono, consolidando un imperio que ahora parece difícil de desmantelar.
Actualmente, 18 acusados esperan ser juzgados, pero se observa que las cabezas de la red, incluido el famoso «el Relais», siguen prófugas. Esto subraya la dificultad para las autoridades de erradicar un sistema profundamente arraigado, donde sumas estratosféricas siguen circulando.
Este imperio se ha establecido en un terreno fértil en Marsella, una ciudad que tiene una larga historia con el tráfico de drogas. Los hermanos G. son representativos de una generación de traficantes que han sabido aprovechar las herramientas modernas para desarrollar su actividad, demostrando una agilidad inédita en un entorno donde la violencia y la criminalidad son omnipresentes. Los próximos meses se presentan decisivos para su futuro judicial.