La situación de Rubén Blanco en el Olympique de Marsella se ha vuelto incierta. El portero español, quien tenía la misión de asumir el rol de número dos detrás de Pau Lopez, se encuentra hoy en una posición delicada tras una grave lesión y la contratación de un nuevo portero. El club marsellés estaría considerando seriamente dejar ir al jugador, lo que podría marcar el final de su aventura en Marsella.
Un recorrido a saltos
Llegado a Marsella con grandes expectativas, Rubén Blanco fue inicialmente contratado como sustituto de Pau Lopez. Su primera temporada transcurrió bien, pero una grave lesión en el tobillo al inicio de la temporada alteró sus ambiciones. Esta lesión abrió el camino a Geronimo Rulli, quien tomó la posición de número dos. Blanco vio disminuir su tiempo de juego, y la incorporación de Jeffrey de Lange este verano complicó aún más su situación.
La decisión del OM
El club marsellés ahora tiene decisiones que tomar respecto al futuro de Blanco. Según algunas fuentes, el OM podría poner fin a su contrato. Los responsables del club están buscando activamente una salida para el portero, quien, a pesar de su comportamiento intachable dentro del equipo, ya no figura en los planes del entrenador. Para el OM, esto representa tanto un riesgo financiero como deportivo, ya que se habían rechazado ofertas durante el último mercado estival.
¿Una salida inminente?
Los rumores sobre una salida se multiplican, y Blanco ha sido mencionado como uno de los posibles traspasos durante el próximo mercado. Se están llevando a cabo discusiones para definir las condiciones de su salida, con la opción de un traspaso limpio o un préstamo con opción de compra. Todo indica que el club marsellés estaría dispuesto a dejarlo ir este invierno para aliviar su masa salarial.
Rubén Blanco ha mostrado una actitud ejemplar desde su llegada al OM, ganándose el respeto y la confianza de sus compañeros. No obstante, su futuro se presenta sombrío mientras el club parece estar mirando hacia otras opciones. La salida de Blanco sería un punto de inflexión tanto para él como para el club, que deberá gestionar las consecuencias de un fichaje considerado fallido. La situación pone de manifiesto la necesidad del OM de reevaluar su estrategia de fichajes y optimizar su plantilla.